“Quien no acoge el Reino de Dios
Como un niño pequeño, no entrará en él”.
Luc 18, 17
“Si no os hacéis pequeños como niños,
es decir sin consideración
ni estima orgullosa de vosotros mismos
no entraréis en el Reino”.
Nicolás Roland
Salmo 130
Señor, no tengo el corazón altanero
ni la mirada ambiciosa;
no he tomado un camino de grandezas
ni de prodigios que me superan.
No, mantengo mi alma en paz y en silencio
mi alma está en mí como un niño
como un niño en el regazo de su madre.
Espera en el Señor, Israel, ahora y siempre.
Con Nicolás Roland, conmovido por el gran Amor de Dios
que se hace niño,
que se abaja de ese modo para llegar hasta nosotros:
Divino y adorable Niño Jesús
que libremente te entregaste a mí,
por tu santo Nacimiento,
te miro, te venero,
te adoro en tu Santa Infancia.
Oh Jesús, la belleza del cielo
las delicias de los ángeles y la salvación de los hombres.
Aquí me tienes, humildemente postrado al pie de tu cuna
para reconocerte todopoderoso en tu debilidad.
Infinitamente grande en tu pequeñez.